Las represas y su impacto en la naturaleza

Las especies de agua dulce están desapareciendo a un ritmo alarmante en todo el mundo: desde 1970, sus poblaciones han disminuido un 84% en promedio, una caída impactante que representa la magnitud del daño que se ha hecho a los ecosistemas de agua dulce.

Particularmente, los ríos que fluyen libremente se han visto muy afectados. De hecho, las represas son una de las mayores amenazas. Una represa equivocada en el lugar equivocado puede generar grandes consecuencias ya que estas alteran los flujos de agua, bloquean las rutas de migración de los peces, devastan los hábitats de las especies en peligro de extinción y atrapan los sedimentos ricos en nutrientes y necesarios para reabastecer a los deltas río abajo.

A nivel mundial, el número de grandes represas se multiplicó por diez entre 1950 y 2017, y hoy existen más de 58,000 represas. Un estudio de WWF realizado en 2019 reveló que casi dos tercios de los ríos de mayor longitud en el mundo han sido obstruidos.

Para preservar la fuerza del sustento a la vida que proporcionan los ríos de mayor longitud y que fluyen libremente, WWF ha estado trabajando para detener la construcción de represas mal ubicadas en zonas clave donde aún se pueden encontrar ese tipo de ríos: los Balcanes en Europa; las cuencas del Amazonas y el Pantanal en América del Sur; África del Sur; el río Luangwa en Zambia; el Himalaya oriental; los ríos Irawadi y Salween en Myanmar; y el bajo Mekong.

WWF se opone a las represas y otros proyectos de infraestructura que son “claramente incorrectos, claramente dañinos para el medio ambiente, mal diseñados y mal planificados”, comenta Evan Freund, director senior de infraestructura y finanzas sostenibles de agua dulce de WWF-US.

Los responsables de la toma de decisiones en estos lugares enfrentan decisiones difíciles, como la de aprovechar el poder de sus ríos a favor del desarrollo, agrega Michele Thieme, líder mundial de la iniciativa Free-Flowing Rivers de WWF. Ella dice que los líderes de las economías emergentes están en un estira y afloja constante entre sus objetivos de crecimiento económico y la sostenibilidad.

“Nuestra teoría básica del cambio es que se necesita energía en esos lugares”, señala Thieme. "Una gran parte de nuestro trabajo se centra en buscar opciones de energía alternativa, haciendo evaluaciones a gran escala de lo que podría ser posible en términos de alternativas".

El diálogo con los responsables de la toma de decisiones es fundamental para los esfuerzos de WWF, comenta Freund. WWF habla con todos los actores clave sobre “cómo diseñar e implementar proyectos de infraestructura sostenible que logren la agenda de crecimiento económico que un país puede perseguir”. A veces eso significa promover las energías renovables; otras veces significa abogar por un sitio alternativo para la ubicación de la represa, uno que ocasionará el menor daño posible al río y a todas las especies que dependen de él para sobrevivir.

Desde la perspectiva de Freund, invertir en energía hidroeléctrica es cada vez más insostenible por razones económicas y ambientales. Una variedad de factores están reduciendo los costos de la energía solar y eólica, lo que significa que estos países ahora están en condiciones de adoptar una variedad de opciones de generación de energía para satisfacer la demanda.

“Necesitamos pensar en cómo incentivar a los inversionistas para que inviertan su dinero en infraestructura sostenible e inversiones sostenibles”, agrega. “Este impulso se ha ido acumulando durante la última década o más. Ahora es el momento. El viento está a nuestro favor".